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Si has llegado a este blog es porque estas buscando información de qué es un micropilote o un recalce, ya sea por temas académicos o porque te ves en la necesidad de usarlos para solucionar un problema de cimentación. Intentaremos, desde aqui, aportarte la solución o la orientación necesaria para solventarlo.

Queremos participar en todas las fases del proyecto, tanto para solucionar un problema de asentamiento como para definirlo, de manera que se plantee desde su redacción una solución viable y ajustada economicamente. Como en otras muchas disciplinas, no nos quedamos sólo en el mundo de los micropilotes, pudiendo aportar soluciones de otros tipos de cimentación (muros pantalla, pilotes, anclajes, etc). Para cualquier consulta, estamos a tu disposición. Nuestra dirección de correo electrónico es micropilotes.clg@gmail.com

jueves, 7 de abril de 2011

¿Cómo se rellena el Micropilote?

Ya hemos visto una introducción a la armadura del micropilote. Vamos a ver la otra parte, lo que rellena el micropilote.
Lo primero a comentar es que se puede hacer el relleno de dos maneras distintas, con lechada de cemento o con mortero. ¿La diferencia entre los dos? La lechada de cemento se hace con agua, cemento y aditivos (si son necesarios) y el mortero lleva, además, arena.
¿Lo normal? Utilizar lechada de cemento a no ser que existan razones especiales para utilizar el mortero y, eso, depende del calculista.
Aquí empieza a tomar importancia la EHE, la norma que regula el diseño y el uso del hormigón estructural y que da las pautas para su uso. Si os interesa, tenéis un enlace en el blog.
Bueno, la lechada de cemento básicamente se hace con cemento y agua y se fabrica en obra. Para eso se utilizan mezcladoras y se llevan al micro por medio de bombas de impulsión. La mayoría de los modelos que se utilizan en obra van juntos en un mismo equipo, de manera que se hace la mezcla y, por medio de una salida, se bombea por mangueras a la perforación.

Mezcladora de Lechada 1
Lo más importante es la relación agua-cemento, o sea, que la cantidad de agua que se añade a la mezcla depende de la cantidad de cemento que va a tener. Esta relación debe estar entre 0,4 y 0,55 o sea, por cada litro de agua se ponen 2 kilos de cemento. Cuanto menor es la cantidad de agua, más difícil es usar la lechada y bombearla con lo que se tiende a poner más cantidad de agua de la debida. Es más, la lechada se hace en obra y se dosifica en una cubeta, la de la mezcladora, y a ojo.
La cubeta de la mezcladora tiene una determinada capacidad, en litros, y normalmente los operarios marcan niveles en ella para saber que, cuando el agua ha llegado hasta allí, tienen que verter un determinado número de sacos. Aunque el método parece muy chapucero, la verdad es que los buenos equipos, lo que llevan tiempo en el oficio, se equivocan muy poco a la hora de la fabricación.
La lechada tiene que tener una resistencia de 25 MPa a 28 días y a 7 días debe tener el 60% de la que se necesita a 28 días.
Lo que se hace es tomar una serie de probetas en la obra, en unos moldes que están normalizados. De la serie de probetas se rompe una parte a 7 días y el resto a 28 y se comprueban los valores resultantes.

Seguiremos

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